Los masoquistas son personas que buscan el sufrimiento, sienten placer y satisfacción en infringirse daño, ya sea físico o emocional, y buscarán la forma de causar ese daño antes de permitir que alguien más cause en ellos tal dolor. Todo esto nace de una crianza en la que se ha empleado, como herramienta didáctica, la humillación.
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| La humillación llega a ser la fuente del masoquismo en la adultez |
El niño humillado
Muchas veces, a los niños se les inculca, cuando cometen un error, que son inherentemente malos, deficientes o indeseables. Estas palabras, aunque dichas a la ligera por un padre o madre enfadados, pueden marcar a un niño de por vida.
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| El niño, humillado, se verá en la necesidad de buscar mecanismos de protección |
El niño humillado crecerá reconociendo que ese es su lugar, ser humillado y humillante. Entonces buscará llegar a esa posición sin que los demás se lo propician, como una medida preventiva para evitar dolor emocional, el dolor autoinfligido es mucho más llevadero y agradable que el dolor ocasionado por terceros.
El perfil
Un masoquista no se anda mutilando en público o dándose de azotes enfrente de los demás, salvo casos patológicamente extremos. Por otro lado, esta persona buscará su propia humillación o dolor con comentarios sutiles, incluso que pueden resultar hilarantes para los demás. Aunque se ha visto como una broma inocente.
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| El masoquista se hará daño antes de permitir que le dañen |
Las personas masoquistas se sienten responsables de la felicidad de los demás, están muy atentos a los cambios de humor de quienes les rodean y hacen de todo para satisfacer las necesidades de las personas en su entorno, más dejan de lado sus necesidades propias. Lamentablemente, no hay forma de tratar a un masoquista fuera del consultorio psiquiátrico, y se necesita, definitivamente, la ayuda de un experto. Comenta y comparte.
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Foto Por Cortesía: cuidatusaludemocional.com
